Vuelan tan lentos como los vientos que los arrastran,
igual que nuestros pensamientos.
Cuando los vientos calman, los pensamientos son tranquilos.
Cuando arrecia la tormenta vuelan tan alto y tan inestables que a veces asustan, asustan e inmovilizan.
¿Hasta donde esos pensamientos pueden ser realidad?
¿Hasta donde son parte libre y cuanto tiene de la tormenta de la ansiedad, del pánico?
¿Paraguas en el cielo o ansiedad controlada?
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