fotografía · sensaciones · Sentimientos

Marianela

Marianela, es un Centro Polifuncional de los Padres Misioneros Redentoristas ubicada en Atyrá, Departamento Cordillera, Paraguay.

De una belleza especial por su construcción artesanal e inspirada en los Monasterios Medievales, en ella no hay dos aberturas iguales, al igual que sus pisos y los vitrales en la acogedora capilla donde los asientos son los simples escalones que rodean un pequeño altar.

 

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    Sus muros están cubiertos por la obra de artistas italianos y de Saturnino Sotelo, paraguayo, quien vivió en Marianela hasta su muerte el 4 de diciembre de 2010. En ella representa la llegada de los misioneros franciscanos y el encuentro con la tribu de los indios Toba de Atyrá y distintos pasajes de la Biblia.

    Marianela, sin lugar a dudas es un muy buen destino para conocer.

    En el video que comparto el Padre Attilio Cordioli, hacedor de esta gran obra habla de ella.

 

fotografía · Sentimientos

París

Ay París, París… París de mi adolescencia, con Yves Montand y Charles Aznavour.

París la de los sueños… la del amor con   Alain Delon

Recorrí tus calles, tus monumentos pero me trasladé a mis tiempos y…viviendo en Montmartre, mientras lo  caminaba  imaginaba los pintores de mis novelas y películas.

París, París…la de mis tiempos..mezclada con la actual.

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Compañeros Promoción 1970- Amigos de la vida.-

cuento · narración · Sentimientos

La carta

  Sentada frente a su escritorio, con la pluma en la mano vacilante, mientras acaricia el papel, Clara intenta escribir el primer capítulo del libro de memorias que acordara con su editor; tarea difícil pues no viene a su mente ninguna idea.

  Los golpes en la puerta la vuelven a la realidad, es Marta la mucama, que  se recorta en el vano y le entrega una carta.

  Se queda mirándola irse mientras retiene el sobre; es entonces cuando reconoce la letra de Susana, y lo lleva a la boca con sorpresa. No lo puede creer… Susana reapareció.

  La compañera de tantas expediciones, de los momentos felices, de los descubrimientos. Los recuerdos del último viaje se agolpan en su mente: Susana y los camellos, Susana en el mercado, la risa tintineante esparciéndose en el aire mientras su melena vuela agitada por el viento. Susana como centro de atracción, alegre, siempre bien dispuesta.

  Fue una experiencia casi mágica, el viaje en tren, la visita  a ciudades exóticas con culturas tan dispares, donde los turistas eran atendidos con esa trato único; ellas dos invariablemente juntas, riendo por todo y de todo.

  Rápida y con gestos nerviosos toma el sobre y lo abre; hace mucho tiempo que no tiene noticias de su amiga y la extraña.

  Mientras lee las primeras líneas va empalideciendo:

  “Querida Clara, ayer fui a hablar con el Padre Ignacio; no podía esperar más, por fin liberé mi espíritu de la angustia que traje de nuestro último viaje. Sé que no te diste cuenta de lo que pasó, porque yo misma lo evité mostrándome divertida, para no arruinar la oportunidad de tu vida. Este viaje era muy importante para ti, lo habías planificado hasta el mínimo detalle y no quería ser yo quien lo cubriera de sombras.

  Me hizo bien hablar con el sacerdote; pude desbloquear el dolor que me causó la actitud de Horacio. ¿Te acordas del joven que conocimos en el hotel y que nos acompañó en la visita a Marruecos? «

 En este  punto aleja la carta y recuerda a Horacio, moreno, alto de cuerpo atlético, siempre impecable, con ese mechón que le caía sobre la frente, no tan descuidadamente como quería hacer creer; claro que lo recordaba,  desconfió de esa actitud de extrema cortesía. El rechazo natural que sentía por él le parecía  algo personal por eso no se lo dijo a Susana, le parecían excesivas las atenciones para con su amiga.

Retoma la lectura con mayor interés:

“Ese lugar tan especial, con sus callejuelas y pasadizos, me mareó, me llevó a creer que podría sostener, sin consecuencias posteriores, una aventura con Horacio. Sí, Clara, la noche de Marruecos nos transformó y vivimos un romance. ¿Te acordas cuando Horacio y yo desaparecimos y, al regreso, trataste de averiguar dónde habíamos estado? Mi silencio te molestó, lo sé, te pido que me comprendas.

Te lo responderé hoy, con esta carta: le conté que estaba embarazada y él me confesó que estaba casado y que no abandonaría a su mujer. Te pido perdón por haber callado. Sabe Dios cuánto sufrí por hacerlo. Me gustaría que nos encontráramos nuevamente y olvidáramos lo pasado.

  Te quiero mucho. Susana”

  Las manos le tiemblan, se siente culpable y con el puño cerrado se golpea en la sien.

¿Por qué siempre esa bendita costumbre de callar y no decir  lo que siente y piensa? Podría haber evitado  tanta angustia a su mejor amiga. ¿Que pasó, acaso estaba ciega?, le parecía imposible no haber reconocido en la actitud de Susana lo que estaba padeciendo. Es tan trasparente que tuvo que haber hecho un esfuerzo muy grande para impedir que ella se diera cuenta.

-Perdón Susana- susurra- yo también te quiero mucho.

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fotografía · Sentimientos

Buenos Aires- Caminito

Por alguna razón Buenos Aires fue para mi siempre, una ciudad de paso. El año pasado surgió la oportunidad de forma inesperada y decidimos visitar familiares allí.

Pasamos unos días preciosos  recorriendo algunos puntos de la ciudad.

Hoy se lo dedicaré a «Caminito» . Espacio ubicado en medio del Barrio de la Boca, con una estructura única y de un colorido fantástico, un museo a cielo abierto, dónde los artistas exponen y venden en plena calle, mientras algunas parejas con trajes bien tangueros invitan a los turistas a bailar y fotografiarse con alguno de los elementos típicos. «Caminito» y su entorno te transportan a otra época y llenan el alma con su colorido. Es un sitio que nos representa a nivel mundial y forma parte de de las excursiones de turistas de todo el mundo. A la música de los bares y negocios se suma el colorido sonido de diferentes lenguas.