Estás ahí, detrás del velo de los párpados, en ese límite tan ínfimo, el límite eterno.
Estás ahí, bajo las persianas de mis parpados, y estás ahí…
Tus ojos me miran, con ese mirar cansino de anciano bonachón,
Te extraño tanto, pero estás ahí…
Puedo oírte con ese tono cascado, y tu humor tan especial para desbaratar mis enojos.
Estás ahí, a una milésima, acompañándome siempre.
Y cuando creo que todo está mal y la soledad me acongoja, sólo bajo los párpados y estás ahí…a una milésima de distancia…