sensaciones · Sentimientos

Noviembre 2021

Hace más de un mes que la inestabilidad física me impide moverme.

Comenzó hace un año y luego de un tratamiento mejoré, pero volvió, con episodios. Visité todos los especialistas, neurólogos, reumatólogos y todos los estudios no mostraron más que el deterioro normal para mis años.

Seguí arrastrándome usando de puntal la pared, un bastón, un brazo amigo y allí se despertó la tormenta tan temida, las crisis de cortocircuitos en todo el cuerpo, como si descargas eléctricas me afectaran de los pies a la cabeza…

Esas crisis que acompañaron gran parte de mi vida…

Y todo me afecta y molesta, y todo duele, arde, quema.

Las medicinas alivian pero hay momentos en que me siento inútil y no lo quiero demostrar.

Mi marido acompaña pero intento no mostrar todo lo que siento, temo cansarlo, siento que a veces mi familia ya no comprende.

Participo del chat con amigos y familia, me saca del eje de lo que me pasa, no lo cuento a nadie, hablo de otras cosas: comento, río, me alegro con ellos. Es mi otro yo.

No quiero acosar a los demás con mis dolores…

Un día estoy muy bien y al siguiente mis piernas flaquean nuevamente y las rodillas se doblan.

Me siento mal…no deprimida, enojada, debo aceptar que mi cuerpo de a ratos se rinde. y ello se transforma en un círculo de emociones-me deprimo, me enojo y luego sonrío como si nada pasara. Es parte de vivir, sociabilizar y no todos se deben sentir reflejados en mi.

Cada uno carga sus problemas y a pesar de ello trata de pasarla bien, seguir adelante.

Los problemas los guardamos para nosotros o, al menos, tratamos de dejarlos en el cajón de la mesa de luz.

No debería haberme tomado por sorpresa, llevo años de un sueño repetitivo donde me movilizo sentada. Maldita percepción.

Porque… porque veo más de lo que debería y sufro antes de que ocurra.

A respirar profundo y seguir adelante. Mañana puedo estar mejor…

Imagen Pinterest