poema · Sentimientos

Y un día…

Y un día cualquiera todo vino a la memoria,

aquellos secretos ocultos tras millones de compuertas

-cómo sólo la mente humana puede hacerlo-

estallaron en la superficie, quebrando cristales ya cascados,

haciendo de mi mundo un pantano, difícil de caminar.

Y un día mi castillo se derrumbó como cartas sopladas por el viento

y debí aprender a vivir perdonándome por algo de lo que no fui culpable.

Y un día… ya en el otoño de mi vida todavía quedan piedras por sortear.

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