poema · Sentimientos

De corceles y luciérnagas

No son truenos, mi amor, son los golpes sobre el parche del tambor, que baten para ahuyentar las nubes, cual corcel embravecido.

No son rayos, mi vida, son enjambres de luciérnagas que iluminan el cielo.

No temas mi niño que hay miles de corceles y luciérnagas en el cielo de este basto mundo.

Duerme mi niño, duerme que mañana un sol brillante posará sus rayos sobre tu rostro e iluminará tu día. El cielo de un celeste intenso, con sus nubes de algodón acompañarán tu risa.

Duerme mi niño duerme, que los tambores se alejan y las luciérnagas se apagan…

Duerme…mi niño duerme.

Imagen Pinterest

@poupeedinubila

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