Y un día al mirar hacia atrás…te vi.
Fue la primera imagen tuya en mi vida.
Estabas sentado en el escritorio del profe ajeno al ruido que te rodeaba,
simplemente levantaste los ojos y sonreíste cuando dijeron tu nombre.
Quedé frente a ti segundos que parecieron minutos atrapada en tu imagen.
Éramos dos niños.
Así de simple.
Así de mágico.
En ese momento supe que serías mío,
no importaba el tiempo que me llevara.





