Los sueños van, los sueños vienen, totalmente dispares entre si, casi a diario.
Esta vez recibí la donación de una casona, fue tanta la alegría cuando me enteré que no veía la hora de ir a conocerla. Estaba en medio de un pueblito, en medio de la nada. Cuando la vi….me enamoré, era una casona de estilo italiano de puertas y ventanas altas al igual que su techo, parecida a algunas antiguas estaciones ferroviarias, pintada de blanco, llena de telarañas y me dijeron «es suya la casona y el poco terreno que la rodea».
Me gustó aun así y pensé la quiero; no quiero venderla. La quiero…la quiero pintada de rosa fuerte…la quiero vestida con muebles de mimbres, algunos muebles antiguos y una hamaca colgante afuera.
Me parecía el lugar exacto de descanso, donde pasar días mirando el cielo, escuchando el arrullo de los pájaros y haciendo lo que más me gusta… escribir, leer, tejer.
Quiero caminar… caminar esas callecitas tranquilas…¿Será sólo un sueño, o es una señal?
Que tengas un bonito día,
Lihem.
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Gracias Lihem, igual para ti. Hoy no tuve la suerte de recordar mi sueño.
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