Cuando el foso helado deja de ser tal helado.
Cuando la triste historia deja de ser tan triste porque de tanto repasarla ya nos hemos acostumbrado al dolor…
Alguien vuelve a remover nuestras fibras más íntimas, desenterrando aquello, que tapamos con muchas capas de escombros.
Y es allí, cuando podemos medir nuestra fortaleza, seguimos negando el pasado o lo revelamos tal cual fue.