
Dibujando y pintando: #QuedateEn Casa

Cuentos, Poemas, Sentimientos , Genealogía


“Querida amiga:
No te imaginas cuánto necesito de tu compañía en este momento.
En el tiempo que llevamos sin vernos pasaron muchas cosas, para ser más exacta me ocurrieron muchas cosas, hechos lamentables como la pérdida de Miguel, mi hermano. Lo más triste de ello es que, hasta el momento, a pesar del trabajo policial, el cuerpo no aparece.
Estoy desconsolada y extraño tu presencia.”
Cuando llego a este punto de la carta, viene a mi memoria el verano pasado en casa de Manuela, nuestros paseos por el bosque cercano: un lugar calmo donde los únicos sonidos eran el canto de los pájaros o el crujido de ramas tras la fuga de una liebre o un venado. Nuestras conversaciones se dirigían, invariablemente, a su familia.
Con la carta apretada en mis manos pienso en él: hermoso, de rasgos irregulares y manos lánguidas, era la representación de una persona débil ante los riegos del mundo. Se enredó en una relación amorosa con una mujer fuerte que lo contuviera, quien estaba casada, y esto generó la maledicencia en las reuniones sociales.
La familia de Miguel se sentía molesta por aquel descaro. Quedaba a la vista, que una mujer con tal carácter dominaba la relación, y lo hacía a vistas de su marido para crear una situación que lo enfureciera.
Pienso en mi amiga: erguida, a la defensiva, con el abrazo protector a Miguel y la mirada atenta, observando siempre el entorno. Algo en su interior le decía que ese joven la necesitaba, y él lo exteriorizaba acurrucándose en el hueco del brazo que se le tendía.
En las largas tardes del verano el tema era recurrente entre Manuela y yo.
Me contaba su sufrimiento por esta situación, se sentía impotente para romper los lazos enfermizos a los que estaba atado su hermano, y temía por el final.
Rápidamente tomo papel y lapicera para contestar a su pedido de socorro, pero mi mente está en blanco, mis manos tiemblan y sólo pienso en Manuela, mi amiga de toda la vida que me necesita.
Automáticamente me prendo del teléfono para reservar pasajes, debo estar con ella…

Estela, está en el recuerdo indeleble de la familia. Alguien que partió muy pronto pero nunca se fue de nuestros corazones.
Estela, Monona para la familia y sus amigos, decidió que su vida ya no tenía sentido con apenas 33 años. En esa corta franja de tiempo se desarrolló profesionalmente, viajó representando al país, conoció a su marido, se casó.
Estela, la de la mirada profunda y la sonrisa grande, muy amiga de sus amigos, la docente, el buen recuerdo de sus alumnos. Algo que nunca sabremos motivó su partida tan repentina, 33 años, y en 33 años hizo mucho más que en toda una vida.
Estela, a quien el poeta español Luis Rosales dedicó unos versos, la amiga, la hermana, la esposa, la mujer de la cultura y la civilidad.
Estela, nuestra Estela, la que está en los corazones, la que nunca conocimos, pero era la tía presente. Hoy leo sus cartas y veo un espíritu libre, alegre y cariñoso, es como sentirla cada vez más cerca.
Estela, la tía Estela…la que me acompañó toda la infancia y la adolescencia aún sin estar.
Ella fue una presencia desde lo más profundo en mi vida, sus recuerdos, mi madre que sufría su ausencia y con ella un desarraigo total, pero ella nunca se fue.
La sociedad la olvidó, olvidó el camino que hizo como feminista, y mujer de la cultura, sus amigos ya no están, pero sigue presente en el corazón de la familia , la tía Monona… la tía Estela… en esa imagen con sus grandes ojos oscuros de mirada firme, su boca grande de sonrisa espléndida y una revista entre sus manos.
Simplemente Estela.

Ese viejo lindo que acompañó mi infancia desde lejos, pero presente; el que abrazó mi adolescencia y madurez amorosamente.
Ese viejo lindo, que acompaña mis días y me aconseja aun en la ausencia.
Nuestra conexión va más allá, vivimos en dimensiones paralelas, nos encontramos en la frontera misma del infinito…
Y a pesar de todo te extraño, porque el tiempo nunca es suficiente.
Te encuentro en la estrella más brillante, en el abrazo amoroso del viento…
¡Besos al cielo Salva..!
Y si me pidieras la luna…
que no haría yo por ti…

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-Memorias de una Princesa-
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