Ese viejo lindo que acompañó mi infancia desde lejos, pero presente; el que abrazó mi adolescencia y madurez amorosamente.
Ese viejo lindo, que acompaña mis días y me aconseja aun en la ausencia.
Nuestra conexión va más allá, vivimos en dimensiones paralelas, nos encontramos en la frontera misma del infinito…
Y a pesar de todo te extraño, porque el tiempo nunca es suficiente.
Te encuentro en la estrella más brillante, en el abrazo amoroso del viento…
¡Besos al cielo Salva..!