Quisiera ser la brisa
que tus cabellos agitan,
ser aquél árbol,
que a su sombra pasas.
El viento Norte
que por cada poro penetra,
adueñándose de nuestros cuerpo.
El sol ardiente,
que nos recuerda que en el Chaco estamos.
La dulce llovizna,
que cual caricia,
se apodera de ti.
Ser yo misma.
Naturaleza, yo.
Ser todo aquello
que atándote no dañara.
Ser mucho
y ser poco.
Ser solo yo.
Lelia Di Nubila-libro Reconociéndonos