Hoy hace ochos años que tu vida se apagó, fue duro,me quedé sin memoria, ya había perdido raíces con la partida de papá, quedé flotando sin saber a que asirme para no caer…y caí, muy profundo, tan profundo que costó remontar vuelo.
Pero no te fuiste, quedaste a mi lado y me acompañaste en sueños, mientas dormía teníamos largas conversaciones… y a partir de entonces aprendí otra forma de comunicación, están… no sólo en el recuerdo estático de una fotografía o una anécdota, están en el día a día…
En estos ocho años participaste de mi vida, me aconsejaste, me contaste cosas y hablamos de aquellas otras que nunca habíamos compartido. Gracias por acompañarme, te espero en ese espacio de tiempo entre el todo y la nada, en la nebulosa del sueño. Hasta luego…