Apenas siento el frío de la noche,
me invade la sensación sepulcral de la esperanza.
Será quizás, porque el sueño a la muerte se parece.
Y cada noche,
con su pequeña muerte de esperanza me llena.
Saber que esta noche moriré,
aunque mañana despertar deba.
Saber que por horas no veré la cara triste de la vida.