Fue tan sencillo despertar en sueños y encontrarte en la sala de mi casa, no estabas sola, tus compañías de siempre estaban allí, pero nada importaba, el abrazo cariñoso, que costo iniciarlo pero nunca terminó, quedaste en mis brazos como cuando te acunaba y respondías a mis preguntas con total libertad. Te acariciaba, preguntaba por la escuela, las dificultades que tenias y con la simpleza de las cosas naturales acordamos un profesor particular para levantar las notas de las materias en las que tenías dificultad y comenzar a prepararte en Matemáticas para rendirla a fin de año.
Volvía mi niña y podía ayudarla. Tu enorme sonrisa volvía iluminarse. Fue un largo sueño del que no quise despertar. Se que algún día mi niña volverá y la recibiré así…¡¡con los brazos abiertos!!
