Los rutas de Entre Ríos marcaron mi infancia. Con su cuchillas tapizadas de diversos colores de verde o amarillo, dependiendo del cultivo, o la tierra recién roturada preparada para la siembra. Esas pendientes del camino desde la ventanilla del ómnibus se veían como algo irreal para mi , una niña nacida en el Chaco de tierra llana y mucho monte.
Las rutas de Entre Ríos no sólo quedaron grabadas en mis pupilas, sino también en mi corazón. Las recorría los veranos junto a mi madre que volvía a su terruño y al seno de su familia. Esas ciudades y pueblos como Victoria, Nogoyá, Gobernador Mansilla, Conscripto Bernardi con sus construcciones antiguas y esos portales y rejas que maravillan, los recorríamos visitando a la familia, o la tumba de mi abuela.
Los veranos pasados en Entre Ríos, sus casas, sus rutas, sus calles, sus pueblos y …el «coche motor» -el tren- que tomábamos para llegar a Conscripto Bernardi eran toda una aventura en mi cabeza de niña.
Hace unos días de regreso de Buenos Aires pasamos por el sur de la Provincia de Entre Ríos y no pude evitar grabar un pequeño video para plasmar algo de mis recuerdos, como mi blog no me permite subirlo quizás unas tomas sirvan de muestra.