Cuándo sus bracitos rodean tu cuello,
¿qué ves?
Cuándo te mira y sonríe,
¿qué piensas?
Cuándo en su media lengua te cuenta sus cosas,
¿qué sientes?
Si ya sé, no me lo digas.
Es amor… ¡mucho amor..!
Mes: agosto 2017
dolores
Ese tic tac de los músculos faciales que comienzan con un movimiento leve y pausado. Ese tic tac que va marcando un ritmo cada vez más intenso hasta contraer medio rostro, causando dolor y lleva mi mente a un refugio profundo dónde ruego que pase pronto. Ese tic tac que me acompaña cada vez más seguido. Ese tic tac que se inicia sin motivo aparente cuándo los demás músculos de mi cuerpo se preparan para el descanso. Si, ese tic tac…
Bohemian Rhapsody
Escuchando la versión de los Diez Tenores, emocionándome con tanta potencia y sentimiento expuesto. Imposible no disfrutar.
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Angustia
Cuándo la angustia pesa y aprieta el pecho sin poder saber cuál es el dolor que se avecina. Cuándo mi mente está en blanco pero mi pecho duele sé que algo va a ocurrir, lo presiento. Fue el modo en que viví acontecimientos de mi vida previo a que ocurrieran. Estos días la angustia pesa y la incertidumbre aún más.
Palabras Ausentes -Cap.3
Sus hermanos, un tema especial. No se habían criado juntos ni los habían educado como tal, sólo eran hermanos porque la vida lo había decidido así, porque sus padres eran los mismos. No tenían nada en común, nada por compartir. Eran nómadas, no poseían un hogar estable y según las circunstancias cambiaban de residencia, tratando de sacar el mejor provecho en cada caso. Sólo en ocasiones convivían y en esas pocas oportunidades marcaron la diferencia, no eran iguales siempre estaba sometida a ellos.
Con papá de por medio se sentía protegida, era algo que sus hermanos detestaban, era la intrusa, y no faltaba oportunidad de hacérselo saber.
¿Por qué tan agresivos? Nunca lo supo, eran dañinos por naturaleza. Pero Dios sabe que nada es por generación espontánea, probablemente era una forma de autodefensa. Esa respuesta sólo ellos la tienen y nunca la compartieron.
Las temporadas de convivencia no dejaban buenos recuerdos, cada uno luchaba por su espacio sin importar cuanto podía invadir el del otro ni cuanto daño podía causar.
Invariablemente quedaron cicatrices, no solamente en el cuerpo, comunes a todo niño, también en el espíritu. Esas cicatrices que a pesar del tiempo, siguen doliendo. Esto se
compensaba con los hermanos del alma, con los que la vida recompensa y que acompañan incondicionalmente.
Visiones
Inclino la cabeza, como tantas veces, cierro los ojos suavemente y me hundo en la profundidad de la niebla, y te busco…y te busco lentamente sin importar el tiempo que me lleve, hasta que allí estas…allí están tus ojos, tu mirada tan dulce, siempre tierna, y esa sonrisa…esa sonrisa que me dice que todo está bien.
Lentamente abro los ojos y me distiendo. Estás ahí…
¡¡Gracias por seguir a mi lado padre!!