Los recuerdos llueven y no son los mejores, duelen.
Cada día me siento bombardeada por noticias que me traen imágenes jamás borradas, siento que nuevamente lo estoy viviendo.
Fuimos muchas quienes sufrimos en silencio y mientras hoy todas denuncian y dan nombres a nosotras vuelven a (re)victimizarnos. Nos traen imágenes que queremos olvidar y mientras el corazón se estruja, duele, sacamos fuerzas de donde ya no quedan y debemos seguir adelante confiando que la mano de Dios sigue apoyada en nuestras espaldas… que el olvido algún día será una bendición.
