poema

Penas y olvidos

Los ruidos nocturnos de la ciudad

a mis oídos llegan.

Es música de vida al lecho de una enferma.

Todo te dice que allá la gente vive,

sus penas y glorias.

Que la noche del sábado habita en todos.

Que triste enfermar,

cuando la distancia abre surcos.

Lelia di Nubila

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