Extraño.
Extraño esos bracitos apretados a mi cuello,
extraño esos besos pegoteados,
extraño esas manitas enredadas en mi pelo,
intentando dormir.
Hoy recuerdo esos dulces bebés
y quiero redescubrirlos en los gestos
de estos jóvenes que me rodean.
Son ellos,
con sus mismas fortalezas,
con sus debilidades.
Son ellos,
mis niños…
Que en el fondo del corazón no crecieron.
Lelia Di Nubila -libro Reconociéndonos