Sueño,
que te has ido por laberínticos caminos vuelve a mí.
Me encontrarás inmersa entre las sábanas,
dispuesta a abrazar tu dulce inconciencia.
¿Por qué quiebras mis tranquilas noches,
con tensos insomnios que a nada conducen?
¿Por qué tu tierno abrazo no vence mis párpados
cansados de esperar?
Sueño, ven a mí…
Cansada de esperar por ti,
atino sólo a escribir, ilusiones tontas que la soledad provoca.
Sueño, ven a mí…
Espero tu llegada.
¿Por qué..? ¿Para qué..?
No quiero pensar.
¡Ven pronto, ven!
Lelia Di Nubila -libro «Reconociéndonos»