cuento

La obra de teatro

Con pasos lentos recorre la sala con un libro apretado en sus manos. Pedro comenta a su amigo Alejandro el bosquejo de la obra que intenta escribir, la misma estará ambientada en el siglo XVII:

-En esa época, el pueblo no tenía la mínima educación, no existía la intimidad ni el respeto, se vivía expuesto y con temor. Se mezclaban la doncella con la comadrona, el anciano con el rufián, el caballero con el granjero. Estaban agobiados por los impuestos que debían pagar para cubrir la vida pródiga de los Señores.

Pedro se arrima al escritorio revuelve unos papeles y toma una libreta de apuntes. Es alto y esbelto. Tiene una mirada penetrante e inteligente. Se sienta en el borde del escritorio  y continúa:

-El protagonista principal es un hombre sumiso, acostumbrado a pasar horas estudiando, alejado de la vida mundana. De modo encubierto, apoya la lucha contra la diferencia de clases sociales; mas, su postura es puramente intelectual. Es considerado la inteligencia del grupo, respetado por sus pares y por las clases bajas que se suman al movimiento. Además, es médico y pelea por evitar muertes provocadas por las epidemias que resultan de esa vida promiscua y carente de higiene.

Levanta la vista, mira a Alejandro para asegurarse que le está prestando atención.

-El segundo protagonista, partícipe importante del grupo, es representante fiel del hombre del siglo XVII, con barba, bigote y cabello largo, desprolijo, que cae sobre los hombros,  viste la infaltable chaqueta de piel; en ese rostro cetrino se destacan sus ojos de mirada desconfiada. Alejado de las creencias religiosas, lucha contra el poder de la iglesia. Tú me entiendes, ¿verdad? –dice consultando a su amigo-, es lo que llamamos un idealista, su fe está ligada a la igualdad de clases y a acabar con las artimañas de los poderosos, de él se puede decir que está librando una lucha heroica sin final previsible.

Se acerca al ventanal y por un minuto queda enganchado de la maravillosa estampa del sol perdiéndose en el ocaso, con una sonrisa camina hacia el sillón que ocupa Alejandro y le ofrece un cigarrillo, agita la cabeza y vuelve a hablar:

-Este último personaje tiene una debilidad, el amor por Elizabeth. Ella es una mujer educada en la riqueza, pero de una sencillez que no  afecta la relación con los demás. Su figura inspira respeto, y en la mirada se refleja comprensión por el sufrimiento ajeno. Lleva una doble vida, participa del grupo social al que pertenece, y a través del hombre que ama ayuda a la revolución.

Alejandro se remueve en el sillón para cambiar posición y se prende del  vaso de whisky que está en la mesita ratona mientras sigue con atención el relato.

-La situación se ve agravada cuando Isabel, cortesana de la época, en una reunión importante, denuncia ante el rey las actividades del protagonista principal. Le susurra que el médico investiga con la alquimia, nuevos remedios mágicos, y que los usa con gente del pueblo. Tal acusación enfurece al rey que imparte la orden de detención inmediata. Todos saben que quien cae en desgracia termina en un calabozo y de allí a la muerte no hay muchos pasos.

La alta figura de Pedro se recorta en el vano de la ventana, los débiles rayos del sol lo envuelven dando un brillo especial a su cabello, sigue el hilo de la historia mientras hojea la libreta:

-Él es una persona muy querida en el palacio y la maledicencia de Isabel tiene pronta respuesta de la Princesa -joven bella y generosa- quien con un suave ademán impide que continúen los comentarios.

Este es un personaje pequeño pero de mucho peso- dice mirando a Alejandro-

La Princesa, con su dulzura, sabe que tiene poder de convicción sobre el padre, por ello insiste en la defensa. Con palabras elogiosas, presenta al médico como uno de los sabios más importantes de la corte y recuerda que fue él quien la salvó de la grave fiebre que padeciera  impidiendo que muriera. Está convencida de que este recuerdo cambiará la decisión del rey.

Pedro se  entusiasma  tanto con el tema que  olvida el transcurrir del tiempo; la oficina se llena de sombras, y el bostezo de Alejandro lo vuelve a la realidad. Suspira, sonríe y pregunta:

-¿Te parece una buena base para la historia?

 

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Christian Shloe

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