Giran y con ellas giran mis pensamientos.
Veo mi infancia triste,
triste y con pequeñas alegrías.
Una infancia donde miro desde el afuera lo que me rodea,
sólo observo, no tengo participación.
Mi adolescencia con mucho dolor, pero aprendiendo a amar.
Mi juventud luchando, luchando por sobrevivir…
y en la madurez llegó la serenidad.
Miro hacia atrás y comprendo…
Comprendo que valió la pena esperar…
