Hay dolores profundos que nos postran.
Sentimos que no podremos recuperarnos.
Ya los pase, ocupan un lugar muy profundo en mi corazón.
Hoy siento tristeza, la tristeza que trae la desilusión.
Cuantas personas que ayer me acompañaban hoy dan la espalda.
Porqué?
Porque en los momentos difíciles reconocemos la fidelidad.
El miedo hace retroceder.
Sólo los fieles, los íntegros permanecen de pie, los otros, tropiezan
y está en nosotros tenderles una mano o dejarlos ir.
Señor, cuántas manos deberé tender…?
Lelia Di Nubila